Dos olores mezclados en la habitación por la acción de los ventiladores, mi falda y tu camisa sin querer hacían juego, la brisa del mar y la arena despedían olor a primavera, mi pulso se fundía con el tuyo a ritmo con tu lengua que recorría mi cuerpo entero, te abrazaba tan fuerte que aveces me costaba decidir donde terminaba tu cuerpo y empezaba el mío.
Te escuchaba susurrar cosas bonitas en mi oído, con tus labios rozando mi pelo, provocando algo que me atrapaba... así, sin más, me hipnotizabas.
Las horas sonrientes de esos cuatro días
pasaron lentamente, tarareando esa
dulce melodía que aún no logro sacar de mi mente.

0 hipopótamos se columpiaban ♫♪:
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